La agrupación madre del Ejército Zapatista se nombra Fuerzas de Liberación Nacional (FLN). El EZLN fue concebido como brazo rural de ese partido armado.

La fundación del Partido de las Fuerzas de Liberación Nacional ocurrió en el año de 1969, en la ciudad de Monterrey. Se trata de una organización político-militar que plantea hacer la revolución socialista; es decir, tomar el Poder para implantar la dictadura del proletariado (entiéndase capitalismo de Estado). Así, determinan forjar un ejército popular, dirigido por una vanguardia, destinado a hacer la guerra de liberación nacional o guerra popular prolongada. Obviamente sus militantes profesan el dogma marxista-leninista, impregnado de nacionalismo cardenista, además de tener inclinaciones al castro-guevarismo y al maoísmo vietnamita.

Debido a que las FLN se asumen vanguardia, sus cuadros políticos se imponen la preparación ideológica y militar. Por eso deciden subordinarse al gobierno cubano, para adoctrinarse y recibir adiestramiento en combate. De esta manera, un grupo de militantes se traslada a la isla caribeña donde son formados como guerrilleros.

Al regresar de Cuba, desde la clandestinidad se ocupan de reclutar militantes e instruirles, sin embargo, al poco tiempo son descubiertos. En el verano de 1971 la policía irrumpe en una de sus casas de seguridad en Monterrey, de donde sus ocupantes logran escapar tras una balacera, aunque abandonan documentos que revelan las identidades de los guerrilleros, así como planes para realizar ataques armados y asaltos. No hay detenciones.

Luego del allanamiento, el núcleo guerrillero adopta una disciplina férrea. A la militancia se le imponen normas totalitarias; como la obligación de pelear hasta morir, con tal de evitar detenciones. También se prohiben las deserciones e incumplir las órdenes de los mandos. La discrepancia política tampoco es tolerada. Contravenir la normativa se considera traición, por lo que cualquier militante corre el riesgo de ser eliminado.

Para prevenir fugas de información las FLN deciden aplicar ejecuciones internas; se realizan purgas para depurar al partido, asesinando a quienes consideran indeseables o colaboradores del enemigo. Al respecto escribe un miembro de la guerrilla:

« […] Como ha ocurrido en todo proceso revolucionario, se colaron en nuestras filas elementos aventureros e inmaduros, que al sentir el rigor de una disciplina por conciencia y la seriedad de un compromiso con el pueblo, desertaron, huyeron poniendo en peligro a varios compañeros –tanto profesionales como urbanos- pues si voluntariamente renegaban de sus ideas revolucionarias, no era difícil que pusieran en manos del enemigo los conocimientos que tenían sobre la organización, convirtiéndose en traidores y delatores, por lo que hubo que proceder a su localización y ejecución, con el fin de preservar la seguridad de los demás compañeros […] » Nepantla. Órgano de agitación y comunicación interna de las FLN. N°29 1

Inclusive, las Fuerzas de Liberación Nacional cometieron desapariciones forzadas en contra de su propia militancia. El caso de Blaisten es emblemático:

El argentino Eduardo Blaisten fue un estudiante de la Universidad Nacional Autónoma de México, activo durante la huelga de 1968. Motivado por la represión del 68 comienza a colaborar en las FLN. Es forzado a militar profesionalmente, y pasa a la clandestinidad, luego del allanamiento a la casa de seguridad del partido, en Monterrey. Desde el año de 1971 se ignora su paradero. Todo indica que sus compañeros de armas lo asesinaron y desaparecieron su cadáver. El fusilamiento fue motivado porque Blaisten pretendía abandonar la guerrilla por discrepar con la dirigencia.

A través de un comunicado, el comandante Manuel informa de dicha muerte:

«Tras detenerlo se procedió a desarmarlo y posteriormente ejecutarlo, por violaciones graves a la disciplina y desmoralización, comisión llevada a cabo por nuestros militantes con toda seguridad, en forma humanitaria y sepultado en un lugar conocido sólo por los integrantes de dicha comisión» Comunicado confidencial a todos los militantes de las Fuerzas de Liberación Nacional, 6 de agosto de 19712

Las prácticas homicidas se constituyen método de control revolucionario, cobrando la vida de un número indeterminado de combatientes de la orgánica. No obstante, los fusilamientos no impiden que nuevamente fueran detectados por el gobierno.


El 13 de Febrero de 1974 la policía invade otra casa de seguridad en Monterrey. En ese lugar son aprehendidos dos militantes de las FLN, a los que se tortura para obligarles a revelar datos de su organización. Con los informes obtenidos el ejército ubica otra casa clandestina en el pueblo de Nepantla, además obtiene documentos con las identidades de una docena de colaboradores.

Al día siguiente, soldados toman por asalto la casa de seguridad en Nepantla, en donde mueren cinco guerrilleros y son capturados los dos sobrevivientes. En el lugar fueron encontrados expedientes y fotos de más militantes de la organización, también las escrituras del rancho El Chilar. Así queda descubierto el foco guerrillero en Chiapas.

Posteriormente, es implementado un operativo militar en la Selva Lacandona para acabar con el agrupamiento armado. Los siete guerrilleros de El Chilar se enteran de la inminente llegada del ejercito, pero no huyen; el responsable de las FLN ordena tender una emboscada y replegarse al monte. El ejército mexicano los persigue por meses. Se dan varios enfrentamientos de los que solo sobreviven tres combatientes, los cuales son atrapados por indígenas de la zona, quienes los entregan a los soldados. Todos serán desaparecidos.

Parecía que, luego de la incursión policíaco-militar, las Fuerzas de Liberación Nacional se desintegrarían, no obstante, algunos militantes logran reconstituir la organización. Sin embargo, permanecieron intactos sus usos y costumbres, es decir, los fusilamientos.


Entre 1974 y 1977 expedicionarios guerrilleros se adentran en la Selva Lacandona con la intensión de hallar a sus compañeros desaparecidos. Al parecer, en la montaña aumentan las ejecuciones internas. El siguiente testimonio da cuenta del asesinato y desaparición del sobreviviente en Nepantla:

« Nosotros creíamos que la policía había dejado al “Babuchas” en libertad para infiltrarnos. En una ocasión, mientras el “Babuchas” estaba asomándose a una cueva, “Abelardo” creyó escuchar que cortaba cartucho a nuestras espaldas para matarnos y cuando éste volteó le disparó en el estómago, mientras que el “Babuchas” alcanzó a dispararle en un dedo. No pudimos evitar que se desangrara ahí mismo. Lo enterramos en la cavidad de un árbol […] » “Ramón” ex-militante de las FLN 3

Aquellos militantes que no eran de utilidad fueron desechados. Como sucedió con un líder estudiantil, asesinado tan solo por su condición parapléjica:

« Por indiscreciones de un compañero me enteré de que a un muchacho llamado “Sebastián”, que no podía caminar, lo habían dormido porque no lo podían traer a Villahermosa. Me di cuenta de que la organización mataba a la gente que no le servía, así que decidí darme a la fuga, ahí mismo en la selva, sin que se dieran cuenta » “Ramón” ex-militante de las FLN 4

La disciplina que impone la clandestinidad hace intolerable la vida orgánica. A pesar de las condenas a muerte, las deserciones no paran. Los ajusticiamientos continúan implacables.

De las muchas ejecuciones consumadas por las Fuerzas de Liberación Nacional la más atroz se cometió el 5 de Noviembre de 1976 en calles de la colonia Roma, en la ciudad de México. Ese día fueron asesinados dos militantes de la organización; Nora Rivera y Napoleón Glockner. Ambos eran considerados traidores, debido a que no pudieron soportar las torturas y revelaron información al ejército. A Napoleón sus camaradas le dispararon nueve tiros por la espalda y lo arrollaron con un vehículo. Mientras Nora, que estaba embarazada, fue; secuestrada, torturada, estrangulada y la remataron con un tiro en la frente.
El comunicado del comandante Alfredo da cuenta de ello:

« El cinco de noviembre pasado, militantes de las Fuerzas de Liberación Nacional ajusticiaron a Napoleón Glockner y Nora Rivera, que en el año de 1974 denunciaron el sitio donde se encontraba la Casa de Seguridad Central de nuestra Organización, en Nepantla, Estado de México … Martín y Ana… en el mes de noviembre de 1974 son reincorporados a las filas profesionales de las FLN… Identificaron ellos las voces de Napoleón Glockner y Nora Rivera cuando conduciendo a los enemigos pidieron la rendición de nuestros compañeros. Así mismo el traidor Napoleón Glockner denunció a los compañeros urbanos que por su carácter dentro de la Organización conocía, según informes obtenidos por las FLN y un informe oficial que obra en nuestro poder … A partir de la orden de nuestra Dirección Nacional, de proceder a la localización, aprehensión y ejecución de los traidores, se iniciaron los procedimientos para lograrlo. … Cumplidos los anteriores procedimientos por cuadros urbanos no profesionales –de las EYOL-, obtenidos los sitios de trabajo, de vivienda, horarios y tipo de actividad de los traidores, se estrechó la vigilancia sobre ellos para lograr su captura. El conocimiento que Napoleón Glockner tenía de nuestras prácticas de seguridad, seguimiento y demás normas y medidas, hacía más difícil su captura. Por lo mismo se aceptó la alternativa de ejecución en el lugar si oponía resistencia y no se lograba su reducción.
Operación: Distribuidos los compañeros profesionales y equipos en los sitios escogidos y garantizando en todo momento la seguridad, el poder de fuego y la retirada de quienes participarían, se procedió a detener a los traidores. Nora Rivera pudo ser aprehendida y sometida y Napoléon Glockner inició una resistencia que implicó su ejecución en el lugar, procedimiento que se realizó utilizando una pistola calibre 22 a la que previamente se adaptó un silenciador (producido por la organización), retirándose los compañeros con Nora Rivera, a bordo de un vehículo Combi VW alquilado. Por haber ocurrido una falla eléctrica en el sector donde se realizó la acción, se produjo un “embotellamiento” de vehículos en la zona, que implicó la necesidad, procediendo antes a la ejecución de Nora, de abandonar el vehículo. … » Comunicado confidencial a todos los militantes de las FLN, México, 1976 5

Tales fusilamientos fueron un claro mensaje a la militancia; no se perdonaría ninguna delación, ni siquiera si era obtenida bajo tortura.
Nótese la tropicalización del horror estalinista.


Sucedieron otros hechos que hacen desconfiar de la integridad de la guerrilla. Como la escisión interna que terminó con el líder rupturista en manos de la policía, probablemente traicionado por la organización; ocurrió que el militante apodado Urbano logró renunciar sin ser asesinado, tiempo después le convocan a una reunión a la que no acuden sus camaradas, sino policías (Coatzacoalcos, 1977). O aquel otro caso, donde un par de guerrilleros matan a su mando para así poder fugarse (Muerte del comandante Ismael en Macuspana, 1980).

Respecto a la obligación de sacrificar la vida ante una inminente captura, están los sucesos de Tabasco (1975) y de Puebla (1983), donde guerrilleros cercados por soldados se niegan a rendirse y pelean hasta ser abatidos. No tenían opción, de ser capturados les esperaba una muerte horrenda a manos del ejército, y si acaso sobrevivían, sus compañeros los matarían por considerarles delatores.


Conocer el número de militantes ajusticiados por las Fuerzas de Liberación Nacional es complicado, ya que no han admitido públicamente su responsabilidad, aunque se estima que cometieron decenas de homicidios.
A pesar de eso, en los ambientes izquierdistas siempre se ha tenido conocimiento de que la guerrilla comete tales atrocidades, aunque se les excusa con argumentos falaces. Uno muy socorrido afirma que denunciar dichos ajustes de cuentas “es hacerle el juego al Estado”, pues, “los peores crímenes los cometen el gobierno y el imperialismo”, ante lo cual, los “errores”(sic) cometidos en la lucha armada son minimizados, y se les justifica en nombre de la “Causa”.

Notas:

1 Nepantla fue el periódico oficial de las FLN. Era exclusivo para miembros de la organización. La cita fue tomada del libro El fuego y el silencio de Adela Cedillo.
2 Cita tomada del libro El fuego y el silencio de Adela Cedillo.
3 Fragmento de la entrevista con Ramón, ex-militante de las FLN, realizada el 4 de Enero de 2004. Tomado del libro El suspiro del silencio de Adela Cedillo.
4 Fragmento de la entrevista con Ramón, ex-militante de las FLN, realizada el 4 de Enero de 2004. Tomado del libro El suspiro del silencio de Adela Cedillo.
5 El comunicado fue tomado del libro El suspiro del silencio de Adela Cedillo.