Según la propaganda filo-zapatista, el EZLN ha logrado realizar enormes proezas revolucionarias, a saber:

1. Recuperación de tierras. 2. Autonomía política. 3. Programas sociales.

Estas son presentados como sus principales logros de autogobierno, los cuales, supuestamente demuestran que su lucha anticapitalista es; de “otro tipo” y “muy otra”. Debido a los intentos por desmarcarlo de su pasado bolchevique, inclusive se ha llegado a afirmar que el EZLN mantiene similitudes con el anarquismo (“más anarquista que los mismos anarquistas”, afirman sin pudor). Sin embargo, una aproximación a sus logros revolucionarios hace evidente que sigue conservando las características del leninismo.

1.Recuperación de tierras

A raíz del levantamiento armado del 94, en la Selva Lacandona se realizaron abundantes tomas de tierras. Miles de hectáreas fueron ocupadas por bases de apoyo zapatistas y campesinos de organizaciones aliadas. En los terrenos recuperados se crearon nuevos asentamientos, donde el reparto agrario benefició a campesinos sin tierras.

Este agrarismo ha servido para proyectar al zapatismo, logrando atraerle grandes simpatías. No obstante, dicha estrategia esta llena de contradicciones.

Las tierras tomadas han sido fundamentales para que la dirección zapatista siga influyendo sobre sus bases sociales, pues los derechos agrarios son exclusivos de sus afiliados. Con ello obtiene lealtades absolutas, de modo que sus militantes se ven forzados a permanecer dentro de la organización, no por sus convicciones sino por un pedazo de tierra. Aquí se evidencia un clientelismo que obliga a la cohesión social y genera aún más disciplina.

No es en balde, que los principales reductos del EZLN sean los nuevos poblados creados en tierras recuperadas, en los que prácticamente no ha habido deserciones. En cambio, en las más antiguas comunidades zapatistas se han dado rupturas que ocasionan la salida de líderes y sus adeptos.

En tierras recuperadas se ha pretendido revolucionar las relaciones sociales, para eso se implementó el colectivismo, es decir; la propiedad agraria es colectiva y una parte del trabajo también. Sin embargo, tal colectivización no se dio por voluntad de los campesinos, sino por determinación de la dirigencia, por ello los llamados colectivos (cooperativas de producción y tiendas locales) no funcionan, la gente no los estima.
En realidad, dicho colectivismo es producto de la herencia maoísta, de la que el EZLN se niega a deshacerse.

El modo en que los zapatistas disponen de la vida en su territorio demuestra el desastrado horizonte al que aspiran.

De igual forma, puede apreciarse que las tierras tomadas constituyen un botín que no están dispuestos a compartir. Aquí la muestra:

Aconteció que los habitantes del ejido Tabasco decidieron invadir los terrenos de una gran finca llamada Medellín. En la ocupación participaron miembros de la organización campesina “Tierra y Libertad” y bases de apoyo del EZLN. Ambas agrupaciones trabajaron de manera conjunta en la acción directa. Los ocupantes convivieron en armonía hasta el año 2000, cuando el Concejo Autónomo decide expulsar a los integrantes de “Tierra y Libertad”, para repartir sus parcelas entre indígenas intrusos que no participaron en la ocupación.
Irónicamente, el neozapatismo desea tierra y libertad, pero solo para sus incondicionales.

2.Autonomía política

El concepto de autonomía no era propio del discurso zapatista, fue hasta que el gobierno mexicano desconoció los tratados de paz (Acuerdos de San Andrés) cuando la organización armada comenzó a utilizar dicho término.

La autonomía a la que alude el EZLN es la que contemplan los Acuerdos de San Andrés, es decir; una porción de autogobierno dentro del aparato estatal.

Posteriormente, al discurso sobre autonomía se le ligó al concepto de “buen gobierno”, el cual es entendido como un gobierno honesto y representativo de sus habitantes. Posteriormente decidieron constituir los Municipios Autónomos Rebeldes y las Juntas de Buen Gobierno (JBG). Al tiempo declaraban que la estructura militar se dedicaría exclusivamente a la defensa de la población y no interferiría más en el gobierno comunitario.

En los hechos, los municipios autónomos y las JBG funcionan como estructuras de Poder que garantizan el orden, ejercen la autoridad y organizan la administración. Cuentan con un complejo entramado burocrático: concejo autónomo, registro público, aparato de justicia, comités de trabajo, etcétera.

Para la toma de decisiones se recurre al método asambleario, de hecho, son las asambleas las que conducen la autonomía indígena, basándose en el principio del “mandar obedeciendo”; lema que abarca la representación política, la rendición de cuentas, y la revocación del mandato. La función de las asambleas es elegir autoridades, tomar acuerdos, además de resolver conflictos.

Cabe señalar, que ese asambleísmo comunitario fue aprendido de los maoístas que lo introdujeron en los años 70’s, como parte de su estrategia por desarrollar una “lucha de masas”, en donde la colectividad asumiría la conducción del movimiento a través de asambleas.

En las asambleas zapatistas no solo se levanta la mano para aprobar una propuesta, sino que los participantes están obligados a intervenir en las discusiones. Cada persona manifiesta su opinión en reuniones largas y agotadoras. Los acuerdos alcanzados se hacen obligatorios para toda la comunidad. Aunque tales modos para la toma de decisiones están infectos de despotismo. Parece ser que las asambleas son en realidad escenificaciones montadas para legitimar decisiones definidas de antemano.

Según refieren militantes zapatistas, antes de cada asamblea comunitaria, personajes con prestigio recorren una por una las casas de la localidad para convencer sobre la posición a tomarse en la próxima reunión, es decir, se tira línea. Así, antes de efectuarse una reunión, ya se tiene la aprobación del asunto a tratar. Además, se conoce por anticipado a quienes difieren, por lo que es más simple coaccionarles. Así pues, la asamblea es un espectáculo en el que es otorgado el derecho a la palabra con la finalidad de imponer órdenes y obligar a su acatamiento.17

Aunado a lo anterior, en las asambleas comunitarias actúan sujetos incondicionales de la dirigencia, hábiles en manipular o reventar reuniones, cuya misión es controlar el debate y excluir a la disidencia. La validez del asambleísmo queda bajo sospecha.

Para ejemplificar la fallida autonomía zapatista, el siguiente acontecimiento ocurrido en un poblado base de apoyo del EZLN, el cual abandonó la organización, luego de que las autoridades zapatistas les despojaran de sus bosques para comercializarlos:

« Se han salido porque hay una desorientación, no están de acuerdo con el Consejo Autónomo con eso de la madera. Primero dijeron que no hay que venderla porque es riqueza natural. Después salieron con que ellos si la vendieron a un dueño de aserradero, y cuando les reclamó la comunidad dijeron que les darían el 15% de las ventas. Pocos estuvieron de acuerdo, otros no están de acuerdo con la cantidad, pues dicen que es madera de la comunidad y que la comunidad tendría que decir si la vende o no y en cuánto, y si de allí se va a dar una cantidad al Consejo. Dicen que el Consejo hace lo mismo que las autoridades priístas de antes. Sólo de palabra dice el EZ que las comunidades son autónomas y que los municipios son autónomos, la verdad es que siempre viene la orden de arriba. » Ex-dirigente de la comunidad. Noviembre del 2000 18

Eso que apodan autonomía, es un burdo engaño, ya que las personas carecen de una verdadera libertad. No se estimulan nuevas formas de relaciones humanas, sino que, a lo mucho, regulan asuntos menores, pero excluyen aspiraciones profundas.

El autonomismo anárquico es la antítesis de lo que lleva a cabo el EZLN, pues la auténtica autonomía no aspira a relacionarse con el Estado, el Capital o cualquier instancia de Poder. Asimismo, rechaza la burocratización, la representación política, las jerarquías y toda imposición.

Añadiendo que el EZLN concede toda la importancia a la colectividad, despreciando cualquier forma de autonomía personal. Los individuos deben renunciar a su propia potencia en beneficio de la colectividad, o lo que es lo mismo; la singularidad aplastada por la masa. Así, el gregarismo indígena desnaturaliza al individuo para que deje de considerarse único, sino solo una parte de la colectividad; esto aísla a las personas y facilita sean pisoteadas.

Con la reivindicación de la autonomía, el zapatismo se ha allegado de muchas simpatías, no sería así, de saberse que se agota en una mera administración. Además de que tal autonomía se basa en arrancar al Estado porciones de poder político, para echar a andar pequeños territorios bajo su control, en donde se reproduce el mismo autoritarismo estatal.

Es emblemático, que en ningún momento el EZLN haya realizado crítica alguna contra el Estado, pues sus esfuerzos han sido por transformarlo, nunca por destruirlo. Antes anhelaba un Estado socialista, ahora sus intentos son por democratizarlo. Así lo declara:

«La recuperación y defensa de la soberanía nacional es parte de una revolución antineoliberal[…] Los zapatistas piensan que es necesaria la defensa del Estado Nacional frente a la globalización» Subcomandante Marcos19

Por eso pugna por una autonomía con reconocimiento constitucional, reprochándole al gobierno que se le excluya del Estado nación.

Si se desea acabar con el orden existente es fundamental plantearse la destrucción del Estado, sin embargo, los zapatistas siempre han avalado el Poder estatal. Por sus discursos y sus acciones pueden ser encuadrados dentro del izquierdismo ciudadanista. De modo que el autonomismo zapatista pasa a ser un sistema de autoridad democrático que no contempla liquidar la estructura de Estado, solo aspira a conseguir derechos y reformas.

3.Programas sociales

La política social zapatista se ha propuesto satisfacer las necesidades primordiales de su militancia, por ello, han sido creadas instituciones médicas, escolares y productivas. Se supone que dichas instituciones están organizadas de modo que todos sus integrantes participen directamente en su conducción, además de que no reciben recursos del Estado mexicano. Por ello, hay quienes han visto similitudes entre la idea ácrata de la autogestión, con la política social del EZLN.

Respecto a la institución médica, está constituida por el “Sistema de Salud Autónomo”, organismo dividido en; concejos, representaciones, coordinaciones y comités. Posee instalaciones clínicas en todas las regiones zapatistas; hospitales, quirófanos, laboratorios, farmacias, ambulancias, etcétera. El personal que lo conforma esta constituido por; médicos, enfermeras, camilleros, paramédicos, laboratoristas, parteras y principalmente promotores de salud. Los servicios de sanidad ofertados van desde la medicina preventiva, hasta cirugías, pasando por consultas odontológicas, herbolaria o partos. Las clínicas también funcionan como escuelas para capacitación de promotores comunitarios.

Este abrumador aparato clínico-médico se declara autogestado, pues, dicen no acepta recursos del Estado mexicano. No obstante es financiado por: ONGs, instituciones internacionales, universidades, activistas, iglesias, sindicatos, eurodiputaciones, e incluso alcaldías y gobiernos europeos.

Es claro que el proyecto de salud no es autogestivo, ni mucho menos autónomo. Se trata de otro instrumento de control, útil para captar simpatías en el exterior y disciplinar a la militancia.

Ni siquiera su propaganda es cierta, pues dice que los servicios que prestan son para cualquier persona. En los hechos, la atención médica se le condiciona hasta a sus propios militantes, el siguiente acontecimiento lo demuestra:

Ocurrió que una mujer tzeltal, habitante de un poblado base de apoyo ubicado en los Montes Azules, solicitó hospitalización por un embarazo de riesgo. Para atenderla se le requirió que obtuviera la aprobación del Concejo Autónomo, pero le fue rechazada su petición; alegaban que ella había perdido sus derechos, pues su comunidad había dejado de ser base de apoyo. No pudo exponer su situación ante la autoridad zapatista, porque le negaron audiencia. Después supo que su comunidad se encontraba castigada por indisciplinarse ante los dictados de la comandancia zapatista. Así que la mujer tuvo que parir en su casa sin los cuidados necesarios. El parto se complicó, muriendo la mujer y su hijo. La dirigencia zapatista se desentendió del todo.20


Para constituir su institución escolar el EZLN ha establecido el “Sistema de Educación Autónoma”, gracias al cual mantiene escuelas, maestros y promotores con sus propios programas de estudio. Han sido instalados cientos de planteles para primaria, secundaria y preparatoria, además se planea crear una universidad.
Este proyecto fue financiado, principalmente, por simpatizantes internacionales. Anteriormente se hizo referencia a dichos donantes, pero es de destacar que, si bien el EZLN rechaza recursos del Estado mexicano, acepta con agrado los dineros cedidos por gobiernos europeos. Tales son los casos de los ayuntamientos de; Venecia, Pontedera, Cinisello, Empoli, y varios de la región Toscana (Estado italiano); alcaldías asturianas, catalanas y vascas (Reino de España), y un largo etcétera.21

Es así como se ha instituido un modelo de escolarización alternativo, que contiene todas las lacras de la escuela oficial. Ya que la Escuela es el instrumento cultural propio del Estado, de la propiedad privada, de la división de clases y de la explotación.

El escritor Pedro García Olivo, quien se adentró en comunidades zapatistas, identifica la paradoja:

« Al zapatismo le cupo una “elección”: defender y revigorizar la educación comunitaria indígena, que no requiere edificios, gentes especializadas en la divulgación del saber y gentes condenadas a soportarlas, horarios, programaciones, temarios, disciplinas más o menos disimuladas, procesos de evaluación, etc., o promover la escolarización, extender el imperio de la Escuela occidental, que conlleva, por sí misma, por su propia estructura, por la pedagogía implícita inherente a todo reparto de las funciones educativas, la disminución y marginación de las formas consuetudinarias de socialización y culturización, el asalto a la tradición subjetivizadora y formativa de los pueblos indios. A la altura de esta primera década del siglo XXI, parece evidente que los Caracoles, los prohombres de las comunidades de base, los voceros y coordinadores de la resistencia zapatista, se han decantado por la Escuela » 22

Desde el progresismo izquierdista se alienta la implantación del sistema escolarizado en la Selva Lacandona, pues se le presenta como respuesta a una demanda de la gente, pero en realidad la escolarización es anti-indígena.

La Escuela obliga a aceptar que la enseñanza es una cárcel; con alumnos prisioneros en salones de clases, forzados a asistir, con calendarización escolar y horario lectivo. Mientras la educación comunal es hostil al confinamiento y respetuosa de la convivialidad.

El sistema escolar zapatista niega el programa oficial y lo sustituye por otro considerado preferible, pero a final de cuentas el programa alternativo tiene vocación proselitista. A los estudiantes se les condiciona a abordar ciertos temas, mientras se les restringen otros. Así que la escuela adquiere carácter policíaco, al permitir o sancionar la discusión. Los alumnos son obligados a escuchar aquello que no les interesa, a decir lo que no quisieran y a pensar como les inducen. Es el principio del adoctrinamiento. Distinto es el caso de la interacción comunitaria, en su informalidad esquiva el peligro del adoctrinamiento, satisfaciendo las necesidades individuales. En ella, el receptor del legado cultural no puede distinguirse del emisor, y no está separado del mismo.

Para impartir clases en las “escuelas rebeldes”, se hace uso de técnicas didácticas innovadoras, que acarrean imposiciones autoritarias. El objetivo es terminar con la apatía del alumno, presionando para que participe en clase y abandone su mutismo e indiferencia. Esa pasividad estudiantil ha constituido una forma de resistencia contra la violencia y arbitrariedad de la escuela, una tentativa de inmunización contra los efectos del incontenible discurso profesoral, un modo de no colaborar con la Institución y de no creer en ella.
Incluso en la escuela autónoma existe la evaluación, claro que ha sido sustituido el modelo del examen clásico por procedimientos menos traumáticos. Aunque el EZLN se ufana en presentar su institución de enseñanza como progresista y estimulante del criticismo, en los hechos reproduce la ideología burguesa; la doctrina del inquisidor capacitado para juzgar adecuadamente los resultados del aprendizaje, el amoldamiento cultural, la jerarquización, en fin, la ideología de la competitividad y la pelea por el éxito.
Dentro del sistema escolar zapatista se estimula la participación de alumnos y comunidad en la gestión de sus centros de estudio, a través de órganos de representación y de fomentar el asambleísmo. Sin embargo, tal democracia escolar eleva a los promotores educativos (profesores) como autócratas, aún cuando alegan contar con la opinión de los alumnos y proclaman disolver su mandato en la obediencia a la colectividad, en realidad dicha obediencia es un simulacro y simplemente mandan. El promotor de educación asume un papel forzosamente dominante, convertido en autoridad educativa, se enquista en un puesto que no es rotativo, se especializa y se encumbra como déspota ilustrado.

Sin más, la escolarización es una práctica ajena a los procesos informales de transmisión de la cultura indígena. Frente al legado de saberes tradicionales se despliega el aparato escolar que arrasa con la mentalidad indígena.

Asimismo, el Estado mexicano no percibe amenaza alguna en la Escuela zapatista, pues no se ve alterado el orden social existente con la presencia de algunas familias que cubren por su cuenta las necesidades de enseñanza. Llegando a convivir, en algunas comunidades, la escuela oficial y la escuela autónoma. Al gobierno mexicano le tienen sin cuidado un puñado de escuelas rebeldes, que mañana podría reconocer y legalizar en señal de tolerancia. El auténtico riesgo es que la Escuela zapatista sea asimilada por el Poder. Aunque lo catastrófico es que, sin importar si continúan autónomas o se asimilan, su condena es inexorable. En los “territorios rebeldes” se ha confiado en una fórmula educativa, la Escuela, que se halla incapacitada estructuralmente para tolerar la diferencia, y que ha demostrado históricamente ser eficaz para destruir toda experiencia social liberadora.


Ahora toca el turno de la llamada “economía de la resistencia”, que está conformada por proyectos productivos autónomos, los cuales son pequeñas empresas manejadas por sus propios miembros; cooperativas de producción (agrícola, ganadera y artesanal) y de servicios (tiendas, cafeterías, cajas de ahorro, etc). Esta idea de autogestión se la apropiaron de la Diócesis de San Cristóbal, la cual combina la evangelización con el desarrollo de este tipo de emprendimientos. Pero a pesar de que el ideario del EZLN considera necesario socializar los medios de producción, en los hechos los campesinos chiapanecos no han demostrado entusiasmo con los colectivos de trabajo, a pesar de que su dirigencia los promueve.
Dichos proyectos productivos no alcanzan para autogestionar a las instituciones autónomas (clínicas y escuelas), son a lo mucho medidas de autosuficiencia para los campesinos que los conforman. Su trascendencia es mas bien simbólica, sirven para dar la apariencia de que el EZLN es anticapitalista.
Es innegable que los ingresos de la mayoría de quienes militan en el EZLN los obtienen de alquilarse en sectores de la economía de mercado. De modo que, estacionalmente, la gente de la selva se traslada a ciudades como; Cancún, México o más allá del Río Bravo. Aunque de manera acotada, pues los mandos zapatistas restringen la migración laboral solo por lapsos de tiempo, a riesgo de perder derechos comunitarios.

Pero no solamente son explotados en el exterior, dentro del “territorio zapatista” existen propietarios y desposeídos, de modo que en la misma agrupación conviven tanto patrones como trabajadores. Por ejemplo, en la comunidad de La Garrucha, sede del Caracol, existe un predio dedicado a la producción agrícola intensiva para fines comerciales (el dueño es un personaje importante en la localidad que inclusive ha tenido cargo comunitario), en el lugar laboran campesinos sin tierra que se ven forzados a trabajarle al patrón a cambio de una pobre paga.

También en La Garrucha ocurrió otro caso igual de contradictorio. Cuando el gobierno federal se dispuso a pavimentar la carretera que atraviesa la comunidad, el Concejo Autónomo detuvo las obras, pero no porque considerara que dicha construcción fuese un riesgo ecológico o contrainsurgente, sino para exigir a los funcionarios estatales que contrataran únicamente a pobladores del municipio autónomo. Así que fueron trabajadores zapatistas quienes construyeron la carretera en la cañada tzeltal. Es curioso, que en algunas ocasiones la dirigencia zapatista rechace toda relación con el gobierno, y en otras le exija que explote a su gente.

A lo anterior hay que añadir que en los proyectos han sido exhibidas corruptelas. Como sucedió en el municipio autónomo “Francisco Gómez”, donde una cooperativa productora de café fue desfalcada; los mandos responsables de administrarla fueron inspeccionados, se generó tanta tensión en la zona que el Caracol fue clausurado y se cancelaron las actividades para el cierre de la Otra Campaña. El episodio terminó con una resolución de la autoridad autónoma: los trabajadores fueron señalados como culpables de apropiarse de los fondos de la cooperativa (aunque ellos no manejaban dinero), por lo que fueron expulsados. A los administrativos se les exoneró. Posteriormente volvió a ocurrir otra estafa en la misma cooperativa y se volvió a culpar a los nuevos trabajadores23. Al parecer, la burocracia zapatista ha adquirido las mañas patronales.

Para cerrar con el tema, hay que señalar que la economía zapatista está integrada totalmente al sistema mercantil, que sus proyectos de producción no satisfacen las demandas de sus militantes, en cambio, le sirven a los mandos para controlar a la población y alardear de ser revolucionarios.

Notas:

17. Testimonios referidos al núcleo Euforbia Lomelí por bases de apoyo zapatista, en 2016.
18. Testimonio tomado del libro Sobre las profundidades del mandar obedeciendo. Mercedes Olivera.
19. Fragmento del texto 7 piezas sueltas del rompecabezas mundial (El neoliberalismo como rompecabezas: la inútil unidad mundial que fragmenta y destruye naciones).
20. Información proporcionada por familiares de la víctima al núcleo Euforbia Lomelí. 2016. Se omiten nombres de implicados para proteger su integridad.
21. Araceli Burguete, en el libro Desplazando al estado: la política social zapatista, detalla como el EZLN consigue recursos económicos: Por donativos de individuos o grupos solidarios. A través de organizaciones civiles (ONGs) que solicitan dinero a instituciones estatales para financiar proyectos en las comunidades. Otra estrategia es el “hermanamiento de municipios autónomos con los pueblos y ayuntamientos del mundo”, es decir, alcaldías europeas mantienen relaciones de apoyo monetario con poblados zapatistas. Bruguete cita un informe sobre esta política de hermanamiento:
« En mayo de este año (1998) el ayuntamiento de Venecia, Italia, hizo un reconocimiento al municipio de San Pedro de Michoacán al inaugurar el proyecto de instalación de una turbina hidroeléctrica en La Realidad. También desde Asturias, España, existe la intención de lograr hermanamientos entre municipios asturianos y municipios autónomos… La Red Nórdica de Solidaridad con Chiapas, integrada por los países europeos de Dinamarca, Noruega y Suecia, se han hermanado de hecho con el municipio del Trabajo, en el Aguascalientes de Roberto Barrios… Los irlandeses solidarios trabajan con el municipio 10 de Abril… También la Alcaldía de Empoli Italia y los representantes de la Coordinadora Toscana de Solidaridad con la Lucha Zapatista están interesados en hermanarse con el Municipio Autónomo de San Juan de la Libertad… De momento, en Italia, el municipio de Cinisello Balsamo ha establecido ya una relación formal de acompañamiento con el municipio Tierra y Libertad.»
22. Del libro La bala y la escuela. Holocausto indígena. Pedro García Olivo.
23. La construcción de la carretera y el desfalco a la cooperativa son de conocimiento público en la cañada de La Garrucha.