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Al otro lado del espejo

Calafou es un especimen. Un proyecto digno de taxidermia. un codiciado freak.

Como creatura excentrica que es, leyendas, mitos y falacias se cuentan sobre ella.
Su atractivo arqueologico-distopico genera intriga y curiosidad, este magnetismo arrastra y fascina, su poder de atracción abarca todo el espectro de intenciones interpretativas.

Una gran numero de Medios de comunicación provenientes de diversas partes del mundo, revolotean, se acercan con sus multiples formatos audiovisuales y estrategias periodisticas, se les asoma la pluma segun tendencia (a)politica. Todos buscan una jugosa aventura, retratar un safari postapocaliptico. Exploradores mediaticos que nos situan en sus mapas, nos describen desde sus narrativas, procesan los datos en el código de su linea editorial. Algunos vienen con la intención de “ayudar” a difundir el proyecto, un mantra persuasivo que oculta a veces la ilusión de colaboración, un arma de doble filo.

Es interesante para nosotras leernos en esos filtros, un ejercicio de desdoblamineto, ya que a veces parece hablaran de otro lugar, a veces sacan a flote cosas que nos hacen reflexionar, algunas han entendido totalmente lo contrario y a veces se huele la manipulacion tendenciosa e incluso despectiva, en fin, que llegas a pensar que hay otros calafou en paralelo.

En busca de nuestro propio reflejo, en un ejercicio de auto-analisis, reconocemos nuestra exquisita monstruosidad, la imperfección escogida, una complejidad organica invisible a las miradas superficiales y tendenciosas. En un acto estrategico de auto-proteccion, expresamos rechazo hacia cualquier espectacularizacion banal, sensacionalista, que magnifica la precariedad, el detallismo higiesnista morboso. Nos han extirpado la sombra, y la analizan en estricto aislamiento.

NOs cuesta entender el “periodismo” des.informado, el que subjetiviza, presupone y se queda tan ancho. El que no hace mas que generar ruido y distorsion por medio de concluciones prejuiciosas, frases descontextualizadas. NO necesitamos ser descritas a traves de fustraciones, filtros negativos, convencionales, nos asquea profundamente el cotilleo disfrazado de “socialmente comprometido”.

Enseñar nuestras entrañas tiene este riesgo, hay quienes veran solo caca y caos en ellas, otras apreciaran el sistema digestivo complejo, valorando la importancia de sus organos, funciones y excretos. Ese es el ojo, la mano, el tacto que deseamos, sentidos abiertos fluidos que atraviesen el reflejo.

A este lado del espejo la distorsion y la sombra son poeticas de la diferencia, imagenes del deseo.