El Grupo Libertario Acción Directa (GLAD) surge por iniciativa de compas de diversas nacionalidades reunidos en Madrid a finales de 2009. En un principio se concibió como grupo de estudios y debate libertarios, para compartir la experiencia militante que sus miembros habían reunido en ámbitos y circunstancias muy diversas. Sin embargo, en seguida surgió la necesidad de asumir una actividad más práctica, por lo que paso a ser un grupo de afinidad libertario, sin perder en ningún caso este carácter de aprendizaje compartido que lo anima desde el principio. Tanto por las condiciones de su formación, como por vocación declarada, tiene un enfoque marcadamente internacionalista.
La finalidad de GLAD es difundir las ideas libertarias y trabajar para construir un movimiento anarquista potente y organizado, que sea una herramienta eficaz de lucha para la transformación social, en el sentido de avanzar hacia el comunismo libertario. La naturaleza colectiva y abierta de este proyecto es evidente, y por ello es un objetivo de este grupo el contribuir a crear espacios y proponer iniciativas de colaboración entre las diferentes organizaciones libertarias existentes, en todos los ámbitos en que el grupo pueda desarrollar su actividad, sin privilegiar ninguna en concreto, respetando siempre y en todo momento la autonomía y características peculiares de cada una. GLAD tiene como prioridad el establecer fraternos lazos de colaboración con todas aquellas organizaciones que comparten su mismo fin y métodos: la sociedad comunista libertaria, posible sólo mediante la autogestión y la acción directa autónoma. Precisamente por ello, a pesar de defender enfáticamente el principio de organización federativo, no se ligará a ninguna federación o coordinadora determinada de manera permanente.
La incidencia pública que el anarquismo necesita para desarrollarse como actor social operativo sólo se puede lograr mediante el esfuerzo conjunto de las entidades libertarias existentes A pesar de ser muy conscientes de las limitaciones de todo grupo o movimiento a la hora de incidir en una determinada dinámica social, pensamos que el anarquismo está llamado a jugar un papel de primer orden en cualquier transformación revolucionaria que se pueda dar. Cualquier cambio efectivo sólo se puede hacer efectivo mediante un proceso organizativo autogestionado por las propias personas afectadas, sin liderazgos de ningún tipo y basado en la acción directa, por lo que entendemos cualquier forma de actuación que fomente ese mismo proceso de organización, la autonomía de los actores implicados y de lugar a una estructura y toma de decisiones asamblearia y horizontal. Precisamente por ello, el papel del anarquismo como movimiento sólo puede ser el de acompañar y participar de este proceso, en pie de igualdad con los demás participantes, exponiendo sus ideas y contribuyendo con su esfuerzo al libre desarrollo de las dinámicas sociales. Pero a la vez esta función es determinante porque los miembros de los grupos anarquistas se hallan en una posición privilegiada para advertir del peligro de que un movimiento de este tipo pueda ser recuperado por los resortes del sistema capitalista, entre los que se encuentran sindicatos no asamblearios y todos los partidos de izquierda.
Para poder cumplir esta función, el movimiento anarquista, compuesto por los grupos libertarios, la anarcosindical y las respectivas federaciones, necesitan ganar una importante presencia en el panorama social y una inserción efectiva en las corrientes de movilización social que puedan surgir, con las características ya descritas. Esto no se reduce sólo, ni siquiera principalmente, a una cuestión numérica, sino que demanda un trabajo serio, continuado y meditado en los diferentes ámbitos de la vida social, promoviendo infatigablemente los principios de autogestión, acción directa y horizontalidad, y contribuyendo al éxito de las iniciativas que promuevan estos principios. Una implantación social como la que se requiere sólo puede ser el fruto del esfuerzo colectivo de todos los grupos libertarios, basado en la responsabilidad militante individual hacia cada una misma y hacia el conjunto del grupo, planeado a largo plazo, que busca la manera de incidir más efectivamente en su entorno social inmediato o en su ámbito elegido de actuación.
Nuestro grupo surge para contribuir a desarrollar esta tarea. Esta es nuestra finalidad, éste nuestro proyecto, y éstas nuestras herramientas: la solidaridad , al apoyo mutuo y el ansia infinita de libertad.
¡Viva la anarquía!