“El rumor no tiene defensa: es maligno, amébico y, especialmente, posmoderno. Tan sumergidas están las personas en esta cultura que sus discursos casi no se distinguen entre sí. El contorno entre unos y otros se pierde: es el prejuicio del desprejuicio. El control de la sexualidad y de los cuerpos se basa en silencios, rumores y chantajes. El prejuicio no es sólo un problema individual, es sostenido por conjuntos de seres humanos y sus relaciones de poder”
Margarita Pisano
ay dobles y triples violencias en este fenómeno 1.-Quienes aceptan los rumores como verdades y condenan- aíslan-maltratan, sin tomarse la molestia de un mínimo gesto de empatía como el preguntar qué pasa. Se van con el rumor y destruyen. 2.- Quienes difunden el rumor que escucharon. Es una forma también de violentar, usar, distorsionar información que atañe a otres sin verificarla o con concreto placer por el repertirla. 3.- Quien hizo correr la rueda de la violencia difamatoria se queda tan campante, habiendo ensuciado-marcado a la otra persona y aprendiendo que puede hacerlo cada vez que quiere herir-destruir impunemente.4.-Quien padece el rumor, que a veces tarda en enterarse, pero vive las consecuencias de inmediato, y queda con una especie de cicatriz injusta y difícil de borrar.
Prestar oídos a los rumores, ese aprendizaje que debemos desaprender. Es más fácil difamar que elogiar, es más fácil aislar que unir, formar opinión sobre lo que no se vivió, mientras tanto se siguen viviendo situaciones de violencia alrededor separatismos, ser dueñas de una “verdad” que nada tiene que ver con la construcción de la sororidad, que nada tiene que ver con la solución de un problema, si es que existe un problema, el secretismo y los rumores, son prácticas creo desde mi humilde lugar, que se critican dentro de la “familia nuclear” que queremos romper o aislar de ella, pero seguimos reproduciendo en el ámbito que decimos que queremos construir….
“difamaçiones y comportamientos destructivos que pretenden aislar la violencia de su carácter político, son tratos crueles. Al ostracismo de compañeras, mentiras, exageraciones y exposición pública. Que la perpetra porque identifica con el poder masculino, pone en lugar de superioridad moral y juez, maltratar eleva la autoestima de quienes no tienen la propia identidad. Protege que desconocen y amenaza, que tiene opinión y ética”…
(Comentarios anonimos)