reflexões sobre inclusão do termo 'trabalho sexual' no documento Ni Una Menos do 8M Argentino

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8 M: apuntes sobre la incorporación del “Trabajo Sexual” en el documento

UNA OFRENDA EN EL ALTAR DEL HETEROPATRIARCADO CAPITALISTA
Marta Fontenla – Magui Bellotti

El documento de este 8 de marzo (coordinado por NI UNA MENOS) incluye, por primera vez en Argentina, el reconocimiento del “trabajo sexual”. No es casual que esto suceda en el marco de un avance internacional del neoliberalismo – impulsado por gobiernos neoconservadores – que convierte en mercancía todo lo que toca incluidos cuerpos y subjetividades y que atropella y banaliza los DDHH.

La idea de “trabajo sexual” presuntamente “autónomo” es la versión neoliberal del viejo reglamentarismo. Se ofrendan los cuerpos de mujeres, travestis, niñas/os y adolescentes en el altar del heteropatriarcado capitalista para satisfacer su sed de ganancia y ocupación total de la vida.

Acaba de producirse un grave retroceso en el campo de los DDHH, esta vez en el seno del mismo movimiento encargado de defenderlos. Se consagra el “derecho” masculino de comprar la subordinación sexual femenina (y travesti, infantil y adolescente), la potestad del estado de reglamentar la prostitución y el “derecho” de los proxenetas y tratantes de explotar cuerpos y sexualidades.

Se debilitan los mecanismos judiciales y sociales de lucha contra la trata de personas con fines de explotación sexual ya que los prostíbulos se presentan, en esta concepción, como cooperativas de “trabajo sexual”, como ya lo pretenden las personas que se autodefinen “trabajadoras/es sexuales” al criticar los allanamientos como una agresión a las víctimas y no como una política penal y social para combatir el proxenetismo y la trata y darle una nueva oportunidad de vida a las mujeres y niñas explotadas.

Se incide en la educación de niñas y niños mostrando la prostitución como una aceptable (e incluso glamorosa) salida laboral; se educa a las niñas para ser prostituidas y a los niños para ser prostituyente, legitimando la violencia.

Se condena a mujeres y travestis a permanecer en los prostíbulos (incluidos saunas y privados) o en la “esquina” y se obturan las políticas públicas que puedan posibilitar salir de la prostitución, porque ¿Qué sentido tienen las políticas laborales dirigidas a la capacitación y el acceso al empelo, si ya tiene un empleo (la prostitución)?, ¿para que políticas de salud si ya tiene su obra social como “trabajadoras sexuales”?, ¿por qué considerar políticas educativas si para desempeñar “su labor” no necesitan ni siquiera alfabetizarse?

Los DDHH se banalizan y se reducen a una supuesta “elección” individual, justo en el momento en que el heteropatriarcado capitalista ha reducido las opciones hasta límites impensados en otra etapa. Si una o más personas sometidas a trabajo esclavo solicitasen que la esclavitud fuera legalmente regulada y el estado accediese en nombre del concepto liberal de la “libertad de contratación”, todos los principios del derechos laboral se derrumbarían. Si una o más mujeres pidieren que la prostitución fuera regulada como “trabajo sexual” y el estado lo hiciere, todos los principios feministas relativos a la igualdad, la libertad, la autonomía y el placer sexual y al derecho a una vida libre de violencias, perderían su sentido.

Un grupo de mujeres, apoyadas por el estado, decidiría no sólo por ellas sino por todas, la
aceptabilidad de la subordinación al placer masculino. No se trata de la “libertad individual” de algunas, sino de un cambio de sentido del feminismo y de los DDHH, una adaptación al sentido común social más conservador y patriarcal.

Asimismo se tirarían por la borda años de reclamos de restitución de derechos por parte de las compañeras abolicionistas que están o han estado en situación de prostitución, como AMADH, ALLIT, MAL, la cooperativa Nadia Echazú y otras mujeres y travestis que luchan y lucharon por salir de la prostitución y contribuir a que otras lo hagan.
Esto es lo que, a nuestro juicio, se está jugando este 8 de marzo en este terreno, en el marco de un intenso movimiento mundial de mujeres y de un conjunto de otras reivindicaciones y demandas que no podemos sino apoyar, pero que este retroceso empaña, porque paga un tributo al heteropatriarcado capitalista neoliberal , traducido en la ofrenda de cuerpos y vidas de mujeres, travestis, niñas/niños y adolescente.
Por todo esto este 8M nosotras PARAMOS y MARCHAMOS:
POR LA ABOLICION DEL SISTEMA PROSTITUYENTE
Por políticas públicas que restituyan derechos y permitan salir de la prostitución
Por la derogación de las normas de los Códigos Contravencionales y de Faltas que persiguen a las mujeres y travestis en situación de prostitución
Por la persecución penal efectiva contra tratantes, proxenetas y sus cómplices en todos los niveles del estado. Desmantelamiento de las redes de trata y prostitución.
Por el cumplimiento de la ley de trata de personas y de la prohibición de los avisos en medios de comunicación que promueven la prostitución.
Por responsabilizar a los prostituyentes (“clientes”) y desalentar el consumo de prostitución
NI UNA MENOS
NI UNA MAS VICTIMA DE LAS REDES DE PROSTITUCION.

   

“Si se pretende decir que la prostitución es un trabajo no se están considerando aspectos terribles de lo que eso significa para la mujer en el seno de la familia. Si la prostitución es un trabajo, por qué no exigirle a la esposa y a la hija que aporten a la economía de la casa haciendo de tanto en tanto “una changuita sexual”? Por qué no pedirle a las mujeres que en vez de ser empleadas domésticas, no sean “trabajadoras sexuales” por horas o con “cama”, ya que podrían ganar más dinero y con menos esfuerzo físico? Para qué las mujeres van a ir a estudiar o a trabajar en oficinas, si total siendo jóvenes y bonitas, es mejor que salgan a “hacer puntos” por las calles, los bares y las confiterías bailables?. Supongamos que un profesor la invita a una alumna de dieciséis años a tener sexo por dinero, esto sería lícito por cuanto no la está prostituyendo sino ofreciéndole un trabajito. En definitiva para qué preocuparse por la capacitación intelectual y laboral de la mujer, si en definitiva, basta con tener un buen físico, de nalgas poderosas y mamas prominentes, para alcanzar lo que es la verdadera vocación del género femenino, es decir sacarle dinero a los varones traficando con el sexo. Esta es la ideología implícita, la más regresiva que puede existir en materia de Derechos Humanos, puesta en práctica por los sectores del crimen organizado que se valen de elementos marginales e idiotas útiles de los movimientos sociales. Como campaña de concientización de lo que esto implica sería bueno que le enviáramos ofertas públicas de “trabajo” a las legisladoras y legisladores que apoyan esta propuesta preguntándoles cuánto estarían dispuestas y dispuestos a cobrar por sus servicios (“común”, “francesa” y “completa”). No deberían sentirse ofendidos porque el trabajo, como todo trabajo los y las dignificaría."